¡Peligro! ¡Caníbales a la vista! Valentín navega de nuevo y se encuentra con estos temibles habitantes en vaya a saber qué isla. No hay escapatoria, por más que las sirenas lo acompañan, los lectores estamos destinados a caer, como él, en esa misma marmita hirviente en la que, mezclando textos e ilustraciones, se cocina un manjar de lectura.